La Tierra olvidada por los Dioses

por **Elena Darkvenoir** Vie Dic 19, 2008 10:17 pm

"La Tierra olvidada por los Dioses"

Habían descubierto lo que tanto deseaban descubrir, lo que ellos habían querido ocultar, donde siempre tenían la duda de en donde habían habitado algunos de sus ancestros.. ellos tenían conocimiento de la raza divina que había comenzado a habitar allí desde hace muy poco tiempo.. Pero a los recién llegados no pareció importante el tono amenazante de la ultima vez que tuvieron un encuentro con estos; Ellos no se conocían muy bien entre sí, escuchaban diversas historias sobre aquella mítica especie, quizá tan antigua como las suyas propias y los humanos. Libros, voces, cuentos, leyendas... y quizá era por ello que tenían tanto interés mutuamente; Se desconocían y muchos menos se entendía el eterno enfrentamiento entre ambas razas. La primera vez que los ángeles habían comenzado a habitar esa tierra habían descubierto una historia escrita en forma de cuento en la orilla de un “muelle” donde pudieron recopilar algunas paginas de la historia:

-¿Cómo te llamas?- Pregunté

-Se llama Elizabeth-dijo el patrón.

Le miré a los ojos.. y pude percibir todo en la pequeña niña que estaban intentando salvar de ser un monstruo y asintió. Sentí que se me helaba la sangre. Podía intuir las facciones, pero la mirada era inconfundible.

-Elizabeth, saluda a mi amigo David. A partir de ahora vas a vivir con él.

Intercambié una mirada con el patrón, pero no dije nada. La niña me tendió la mano, como si hubiese ensayado la presentación a un ángel mil veces, y se rió avergonzada. Me incliné hacia ella y se la estreché.

-Hola- musitó

-Muy bien, Elizabeth –aprobó el patrón-. ¿Y qué más?

La niña asintió, recordando de pronto.

- Me han dicho que usted es un fabricante de historias y de cuentos.

-De los mejores- añadió el patrón.

-¿Hará uno para mí?

Vacilé unos segundos. La niña miró al patrón, inquieta.

-Martín?-murmuro el patrón

-Claro –dije finalmente-. Te haré todos los cuentos que tú quieras.

La niña sonrió y, aproximándose a mí me beso en la mejilla.

-Por qué no vas hasta la playa y esperas allí mientras me despido de mi amigo, Eli? –pregunto el patrón.

Elizabeth asintió y se alejo lentamente, volviendo la vista atrás a cada paso y sonriendo. A mi lado, la voz del patrón susurro su maldición eterna con dulzura.

-He decidido que iba a devolverle aquello que más quiso y le robé. He decidido que por una vez caminara usted en mi lugar y sentirá lo que yo siento, que no envejecerá un solo día y que verá crecer a Elizabeth, que se enamorará de ella otra vez, qe la verá envejecer a su lado y que algún día la verá morir en sus brazos. Esa es mi bendición y mi venganza.

Cerré los ojos, negando para mis adentros

-Eso es imposible. Nunca será la misma.

-Eso dependerá solo de de usted, Martín. Le entrego una página en blanco. Esta historia ya no me pertenece.

Oí sus pasos alejarse y cuando volví a abrir los ojos el patrón ya no estaba allí. Elizabeth, al pie del muelle, me observaba solícita. Le sonreí y se acercó lentamente, dudando.

-Donde está el señor?-preguntó

-Se ha marchado.

Elizabeth miro en derredor, la playa infinita desierta en ambas direcciones.

-¿Para siempre?

-Para siempre.

Elizabeth sonrió y se sentó a mi lado.

-He soñado que éramos amigos- dijo.

La mire y asentí.

-Y somos amigos. Siempre lo hemos sido.

Río y me tomó de la mano. Señalé al frente, al sol que se hundía en el mar, y Elizabeth lo contempló con lágrimas en los ojos.

-¿Me acordaré algún día?- preguntó

-Algún día.

Supe entonces que dedicaría cada minuto que quedaba junto a ella a hacerla feliz, a reparar el daño que se había hecho en esta tierra, a alejarla de el futuro que realmente estaba destinado para ella y a devolverle lo que nunca se dio. Estas páginas serán nuestra memoria hasta que su ultimo aliento se apague en mis brazos y la acompañe mar adentro, donde rompe la corriente, para sumergirme con ella para siempre y poder al fin huir a un lugar donde ni el cielo ni el infierno nos puedan encontrar jamás.